30 Mar Conferencia sobre la efectividad de los medidores de dióxido de carbono para prevenir la propagación del Covid-19 en espacios cerrados
José Luis Jiménez, doctor en Ingeniería por el MIT, mantuvo un encuentro el 23 de marzo para discutir la propagación del COVID-19 a través de aerosoles y posibles soluciones, cuyo tema central es el medidor de dióxido de carbono. Esta jornada fue organizada por Quimeltia CV, la asociación de profesionales del ámbito de la química, microempresas y pequeñas y medianas empresas.
Jiménez tachó de “error garrafal” las declaraciones de la OMS en marzo de 2020 que afirmaban que el virus no se transmitiría por el aire y asegura que es la principal vía de contagio. “La distancia social funciona porque al separarte respiras menos aire compartido con la otra persona, por eso los espacios cerrados son más peligrosos, el aire se comparte más”.
Al referirse al «Modelo del queso suizo», dijo que en un espacio cerrado, ninguna medida es segura ni puede protegerlo de una infección, pero más capas de seguridad aumentan las posibilidades de propagar el virus con éxito y son las más efectivas «. El medidor muestra la cantidad de dióxido de carbono exhalado en el ambiente. En ese momento, las personas en un espacio cerrado respiran nuevamente el mismo aire. Si no se realiza la ventilación, existe una mayor posibilidad de infección.
Jiménez lo explica con un ejemplo impactante, al aire libre hay 400 partes por millón de CO2 y cuando nos encontramos en sitios cerrados como un coche, en unos 30 minutos hay 4000 partes por millón de CO2, es decir, el 10% de aire que respiras lo estás respirando por segunda vez y es muy peligroso. Abriendo las ventanillas puedes bajar hasta el 1%.
El profesor de química dijo sin rodeos: «En todos los lugares públicos, el dióxido de carbono debe medirse de acuerdo con la ley». En países como Taiwán o Corea del Sur, se ha tomado una medida incluso antes de la pandemia. Las empresas con espacios cerrados pueden compartir los resultados de las mediciones en la pantalla: «Todos los clientes pueden verlos y usted puede asegurarse de que respiren poco aire por segunda vez y que haya poco dióxido de carbono en el medio ambiente». Además, las posibilidades son expandido., puedes consultar qué empresas han utilizado estos medidores en las redes sociales, esta es información importante para saber qué lugares son los más seguros.
Antes de la pandemia, las consecuencias de la inhalación permanente de grandes cantidades de dióxido de carbono han afectado el nivel cognitivo de las personas y pueden provocar mareos en situaciones peligrosas. Un ejemplo son las escuelas. En estas escuelas, el nivel de dióxido de carbono debe estar por debajo de 900, y según un estudio de salud que no realizó COVID-19, refleja datos de 1.400 a 3.000, lo que significa que el porcentaje de aire para estos niños es del 5% Vuelven a respirar. En España, legalmente hablando, estos espacios deberían ser inferiores a 900, de los cuales 700 son el primer nivel de alerta y 800 son el segundo y más urgente.
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